—Shandong Mama
La calle: Centre Place
Un oscuro callejón en el centro de Melbourne que termina en una escalera, la cual no está claro adónde va, pequeños locales uno al lado del otro, cada uno con suerte tiene cuatro mesas, ni hablemos de extracción o de normas sanitarias, aquí todo puede pasar.
El nombre: Shandong Mama
Estos son los lugares que me emocionan, los que nadie conoce, los que no tienen fanfarria, solo un plato simple hecho a la perfección, ningún lugar donde esconderse.
Me pido una porción de dumplings con relleno de pollo, langostinos y cilantro acompañados de una cerveza local.
Como me gusta comer con cerveza
La explosión de sabores en mi boca genera una cantidad de emociones en mi cara que hacen alegrar instantáneamente a la señora que me está atendiendo (estoy bastante seguro que es la dueña, oficialmente la Shandong Mama).
Se acerca, despacito y casi susurrando me dice: solamente con tu cara, me hiciste el día.
Yo sonrió con la boca llena, no puedo responder.
Me devoro el plato, casi tan rápido como describo en este diario la revolución de sensaciones transitando mi cabeza.
Pido una cerveza más y disfruto observando a la gente ir y venir en este pequeño callejón de Victoria, este mi pequeño universo por el tiempo en el que esté sentado en esta silla.
Me levanto a pagar, cuando me acerco a la dueña me pregunta si soy algún tipo de periodista, le aseguro que no, que las humildes líneas que han generado su fantástica comida simplemente quedarán en un pequeño cuaderno en mi mochila.
Este momento, esta experiencia gastronómica es solo para mí.
Mientras pago: me agradece una vez más, yo le reitero que disfrutar su comida fue un momento transformador para mi, a ella se le cae una lagrima.
Me despido y desaparezco por la misma oscuridad de la cual llegué.
Gracias Shandong Mama.