—Un Pop Up

Ser un emprendimiento gastronómico, en cualquier lado, pero más que nada en Argentina, significa esperar al momento oportuno. 

Manejar la ansiedad, la emoción y la necesidad de querer mostrar tu producto no es algo fácil. Por suerte el tiempo siempre es sabio y demuestra constantemente que esperar también ayuda a crecer.

Ante la imposibilidad de un lugar propio, los miedos y también falta de experiencia. El formato pop – up (algo inexistente en ese momento) asoma como el desafío de una prueba piloto, para llamarlo de alguna manera.

Usando cocinas prestadas, invitando amigos, cocinando hasta altas horas de la madrugada.

Así, un sábado como cualquier otro, abrió sus puertas por primera vez Bushi, un restaurante itinerante de influencias asiáticas.